-Leí que hasta hace un tiempo mantenían algunos ritos, como
jugar al truco antes de cada función y
también, en el teatro, mandarse grandes
comilonas. Y que ahora abandonaron
ambas cosas. ¿Cuál es el
motivo?
JORGE MARONNA: Las
comilonas, por la digestión, seguramente.
CARLOS LÓPEZ PUCCIO: -A
esta edad no podríamos mantenerlas.
JORGE MARONNA: -Esto
en general sucedía en las temporadas de Mar del Plata. Terminaba la
primera función de los sábados, subíamos corriendo la escalera y ahí
nos sentábamos a comer como bestias, una comida previamente elegida y
pensada...
CARLOS NÚÑEZ CORTÉS: -Hasta
paellas comíamos... con vino y todo...
DANIEL RABINOVICH: -Claro,
falta decir que, en general, veníamos de pasar una tarde
superdeportiva: en el mar, jugando al voley o al fútbol hasta las 9 de
la tarde. Digámoslo porque
se podría llegar a pensar que únicamente comíamos.
Hace unos años, por suerte, alguien dio la voz de alerta,
advirtiendo que las comidas nos caían demasiado pesadas.
CARLOS NÚÑEZ CORTÉS: -Y
como si eso no fuera suficientemente inoportuno, también dedicábamos
esos momentos a discutir muy rigurosamente cosas que habían sucedido en
la función...
MARCOS MUNDSTOCK: -Otra
vez las reuniones creativas. (Risas
de todos.)
CARLOS NÚÑEZ CORTÉS: -Y,
sí, porque discutíamos y era todo muy insano.
JORGE MARONNA -Es
que terminaba esa cena de doce minutos y empezaba el truco, igualmente
compulsivo, para ver si llegábamos a terminar dos chicos.
Disponíamos de cuarenta minutos en total y alguna vez llegamos a
retrasar el inicio de la segunda función.
La gente pateando y aplaudiendo en la sala y nosotros necesitados
de saber quién se quedaba con el truquito.
DANIEL RABINOVICH: -Tiempo
después nos enteramos de que otro grupo teatral, el Errare Humanum Est,
de Miguel Angel Solá, Juan Leyrado, Jorge Marrale, Hugo Arana, Darío
Grandinetti y Jorge D'Elía, también jugaba al truco hasta minutos
antes de empezar la función.
-En este tiempo tan signado por fracturas, rompimientos,
divorcios, traiciones, ¿cómo califican esta
fidelidad de tantos años?
M.C.:
-Y, sí, es
impresionante, vamos a cumplir 33 años juntos.
MARCOS MUNDSTOCK: -Hay
una parte buena y otra mala. La
buena es que podamos contar toda esta historia en compañía, que
seguimos creando e inventando y poniendo contenta a mucha, mucha gente. Lo malo podría ser que lo que hacemos es un género tan único
que prácticamente no tenemos posibilidad de irnos a hacerlo con otros o
como solistas.
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